A mi

Y entonces mi musa, mi sagrada mujer fantasma decidió que no eran suficientes mis versos ni mis ofrendas hechas pigmento sobre sueños y colores sobre lágrimas vertidas en rosas de papel calcinado. Ni siquiera me miró, no quiso dedicarme un último beso, siempre lo supe, cada amanecer la vi desaparecer como la neblina al salir el sol y hoy, sentado bajo la sombra de sus recuerdos paseo mi libreta en blanco, muda, ciega, transformándose en una marchita flor a punto de volver a ser como mi sonrisa, polvo a merced del furioso viento.
©omarvelazquez2018

Para los curiosos

El Sol es el arquetipo de la voluntad, el poder y el deseo, nos habla de la esencia interna de la persona y de su verdadera naturaleza. Cuando esa persona en la que depositamos nuestro amor se va, perdemos todo ello y nuestro corazón se encadena en las sombras.